La interacción con otros seres humanos es algo que facilita la vida en sociedad junto a nuestro perro. Éstas son las primeras pruebas en la búsqueda de nuestro perro como buen ciudadano canino.
En estas pruebas el perro tiene que demostrar que es capaz de aceptar, de buen grado, que un desconocido se aproxime y que hable con su guía, simulando una situación cotidiana, así como que el extraño se acerque de forma amistosa para acariciar al perro, ambas situaciones son habituales en el día a día, todos confiamos que el perro se comporte de forma amistosa, sin gruñir, morder, abalanzarse ni subirse a las personas con las que se encuentra en la calle.
Todos los participantes han de pasar por todas las pruebas, con el mismo nivel de exigencia para todos, independientemente de su edad, raza o tamaño. Las pruebas tienen que resultar una experiencia agradable para todos, perros y humanos incluidos, por lo que se hace todo lo posible por crear un ambiente relajado y distendido (para humanos y perros).
ANTE DESCONOCIDOS
En la primera prueba (aceptar de forma amistosa a los desconocidos) el examinador simulará la situación cotidiana y se aproximará para saludar amistosamente al guía, ignorando al perro. El perro estará sentado a un lado del guía. Examinador y guía se darán la mano e intercambiarán unas palabras, como en un encuentro casual en la calle (sin mirar directamente a los ojos del perro ni adoptar posturas/actitudes amenazantes).
.- En esta primera prueba el examinador no interacciona con el perro, de modo que resulta más fácil evitar la excitabilidad del animal.
.- El perro no tiene que mostrar ningún signo de aprensión, agresión o timidez, que reflejarían falta de socialización y/o posibles reacciones impredecibles en situaciones cotidianas.
.- El perro no debe saltar o lanzarse para saludar al examinador para iniciar el contacto y/o saludar, ya que esto supondría un riesgo potencial en las situaciones cotidianas y un posible motivo de temor para los transeúntes.
.- El perro tiene que estar bajo control durante todo el ejercicio. Si el guía tiene que aplicar un control excesivo (ejemplo: agarrar al perro para prevenir que salte) para hacerse con el perro, no pasarán la prueba. Un exceso de control indicaría falta de habituación y una pobre técnica de control por parte del amo, que descarga su frustración de ese modo sobre el animal.
Los propietarios podrán hablarle a sus perros durante toda la prueba y se les recuerda la importancia de premiar a sus perros, para que todo el ejercicio sea una oportunidad más para reforzar el aprendizaje, en caso de que los guías estén tan nerviosos que se les olvide.
SENTADO DURANTE EL SALUDO
En la segunda prueba (permanecer sentado durante el saludo), el perro mostrará que es capaz de aceptar la aproximación y las caricias de un desconocido mientras está paseando con su guía. Estará sentado al lado de su guía (a uno u otro lado) al inicio de la prueba. El examinador se aproximará y preguntará “¿Puedo acariciar a su perro?” y a continuación acariciará al perro en la cabeza y el cuerpo. El guía puede hablarle a su perro durante toda la prueba.
Después de acariciar al perro, el examinador puede hacer un círculo para rodearlo o simplemente retirarse para continuar con la siguiente prueba.
.- El perro no deberá mostrar ningún signo de aprensión o agresividad cuando el desconocido aproxima su mano, invadiendo su espacio. Ha de demostrar que es un perro equilibrado y bien sociabilizado.
.- En el momento en que el examinador comienza a acariciar al perro, éste puede ponerse de pie.
.- El perro no deberá resistirse, ni intentará alejarse para evitar las caricias, algo que mostraría su falta de habituación a la situación.
.- El perro puede moverse ligeramente hacia adelante para recibir las caricias, pero no deberá abalanzarse hacia el examinador o lanzarse o saltar hacia adelante para subirse al desconocido.
.- El perro deberá mostrarse contento con el contacto con el examinador y aceptar de buen grado las caricias del desconocido.
.- El perro tiene que dar la apariencia de estar bajo control durante todo el ejercicio. Sin dar síntomas de estrés.
Este ejercicio ya exige un mayor grado de autocontrol por parte de nuestro perro para aceptar la aproximación y no descontrolarse cuando el desconocido le presta atención y lo acaricia.