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El perro, potencial máximo Cómo sacar el máximo partido a nuestro compañero

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El hombre utiliza al perro en distintas labores, tratando de sacarle el máximo potencial, como complemento a las limitaciones sensoriales humanas. Son muchas las labores para las que se utilizan los perros: guarda, caza, búsqueda y rescate, asistencia, detección… Por lo general, tratamos de sacarle partido a aquellos sentidos que tienen más desarrollados que nosotros, especialmente el oído y olfato. Algunos especialistas hablan de un sexto sentido que les permite detectar, por ejemplo, la presencia de su amo antes de que llegue a casa, aunque no existen estudios científicos que lo demuestren. La verdad es que todavía nos queda mucho que investigar y desarrollar para comprender y sacar el máximo rendimiento a nuestro “Canis familiaris”.

Para nosotros, los humanos, el sentido de la vista es nuestra principal fuente de información, la vía por la que captamos gran parte de la información en nuestro entorno, aspecto bien conocido por los publicistas y directores de marketing y que utilizan para bombardearnos con todo tipo de imágenes agradables con la esperanza de que establezcamos una placentera asociación emocional con el artículo que desean que adquiramos, incluso en estos tan traídos y manoseados “tiempos de crisis”.

LA VISTA DEL PERRO

Los perros disfrutan de un campo visual más amplio, mejor visión nocturna y perciben mejor el movimiento (a ras de suelo sobre todo), al fin y al cabo, si algo se mueve es posible que sea comestible, si bien su agudeza visual es menor a la humana (variando entre las distintas razas fruto de la selección y la especialización, compárese a Bassets y Beagles con los Galgos, en su forma del cráneo, posición de los ojos y sus formas de trabajo) y no perciben una gama tan amplia de colores (son bicromáticos).

EL SENTIDO DEL OÍDO

Los perros tienen capacidad para captar sonidos a mayor distancia que los humanos (a una distancia cuatro veces superior) y sonidos de frecuencia más alta (los humanos percibimos sonidos de 20 k Hz a 20,000 kHz, mientras que los perros lo hacen con sonidos de 20 kHz a 60,000 Hz).

Utilizan la comunicación con ultrasonidos entre cachorros-madres en las distancias cortas para evitar que los posibles depredadores los detecten. A la hora de buscar su alimento, en la caza, esa mejor audición puede ayudarles a detectar a los roedores que se comunican en frecuencia ultrasónica.

SENTIDO DEL OLFATO
Es la principal fuente de información para nuestros perros. Se mueven en un mundo de pistas de olores. Nos resulta imposible hacernos a la idea, nuestro mundo sería terrible, la convivencia imposible, con esa capacidad olfativa. Todo tiene olor y nuestros perros son capaces de detectar pequeñas cantidades de droga en medio de numerosos olores empaquetados y repaquetados. Todo ello gracias a un epitelio olfativo 14 veces mayor que el nuestro (que es de cinco centímetros cuadrados en los humanos y de 150 en un Pastor Alemán), además de una mayor densidad y sensibilidad de sus células, acompañado con un área cerebral mayor para el procesamiento de esta información ¿cien veces mejor que el nuestro? Sin duda, hasta aquí llegó fruto de un proceso evolutivo, esa condición le facilitó la supervivencia y la adaptación a todo tipo de entornos.

¿DÓNDE ESTÁ EL LÍMITE?
En la mayor parte de las ocasiones, el límite está determinado por nuestras propias limitaciones como propietarios. Necesitamos encontrar modos de verificar y confirmar que la información que nos facilita nuestro perro es la correcta. La opinión más extendida es que la inteligencia se desarrolla a lo largo de la vida siempre y cuando utilicemos los métodos adecuados, de forma paciente y sistemática, mantengamos su motivación y los vínculos de apego. Además, el desarrollo y capacidades de nuestro perro se potenciarán si cuidamos el entorno en el que lo mantenemos, nos preocupamos por ofrecerle un ambiente enriquecido, incrementamos gradualmente las demandas y la dificultad del trabajo y mantenemos controlados los niveles de estrés (con una buena alimentación y adecuados cuidados sanitarios).

Así que el potencial máximo de los perros está por descubrir, como seres vivos están en continua y permanente evolución y, sin duda, la mejor forma de desarrollar su máximo potencial es el trabajo sistemático, con los niveles de motivación adecuados para el individuo.



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