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Cavalier King Charles Spaniel: cuidados

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Su amable carácter va acompañado de su dulce expresión y mirada. Con colores intensos y definidos y orejas largas, caídas y pobladas de pelo. Con larga melena en la cola siempre con ese alegre movimiento que endulza aún más ese buen humor.

Los cuidados de esta raza requieren de ciertas pautas si queremos disfrutar de un Cavalier con una capa brillante y bonita.

. Una cuestión importante es el cuidado del manto. Es decir, una capa lisa, con los colores intensos y brillantes sin padecer el problema de la caída excesiva del pelo. Y, cómo no, sin riesgo de nudos en las zonas de melena larga y lacia.
. El cuidado de las orejas: Tanto de su pelo como de la higiene de los oídos. Es de vital importancia lavar las orejas con frecuencia para mantenerlas siempre limpias, libres de mal olor y con una bonita melena.

Reducirá en gran medida la suciedad de las orejas si utiliza un bebedero especial de orejas limpias o uno de tipo chupete. Si se le ensucian durante el paseo o al comer, hágase con unas orejeras. De esta forma, además de evitar que se le ensucien también las protege de posibles espigas, especialmente en primavera y verano.

No descuide la higiene de los oídos. Al igual que otras razas de orejas largas y caídas, la limpieza frecuente de la cera de los oídos es necesaria para evitar infecciones que son muy dolorosas para el perro y muy difíciles de curar.

Foto: «Brian De Somosaguas». Prop.: Maria Jesús Cuadrado.

RUTINA DEL BAÑO
Bañe cada quince días con un buen champú de hidratación intensa, que respete el pH de su piel. Con nutrientes adecuados que recuperen el equilibrio hidrático de piel y del pelo. Un manto deshidratado tiende a ondularse, a encresparse y a anudarse. Verá cómo si sigue una buena rutina de baño, conseguirá controlar la capa sin que se le ondule ni encrespe. Mantendrá el pelo largo suave y flexible de manera que el cepillo deslizará con suavidad sin engancharse. En consecuencia evitará que se rompa o pierda esa melena tan preciada.

El color blanco, es el más delicado de mantener. A veces es aconsejable añadir al baño un tratamiento específico para proteger los mantos blancos.

En época de muda es preferible bañar con mayor frecuencia, una vez por semana. El agua caliente del baño ayuda a que el pelo muerto se suelte y a que los nutrientes de los cosméticos fomenten el crecimiento del pelo nuevo. Así acorta de forma espectacular el periodo de muda.

Si tiene un ejemplar es de piel extremadamente sensible, báñelo siempre con el Champú de Raíces del Árbol del Té de Kw. Contiene un antiséptico natural muy eficaz.

No olvide limpiar los oídos en cada baño. Utilice un buen líquido limpiador para ayudar a disolver el cerumen. Evitará riesgos de otitis.

También, aproveche que las uñas se han ablandado en el baño para cortarlas.

Foto: «Kiam De Somosaguas» Prop.: Ainara Ortega.

HIDRATACIÓN AL FINAL DEL BAÑO
Tras aclarar el champú, o en caso de intensificar el blanco, los champús, aplique un buen acondicionador de hidratación intensa que proporcione un acabado liso y lacio, brillante y manejable. Asegúrese de que tenga el pH de la piel de los perros (pH 7-8). Los acondicionadores nutren, protegen y ayudan a recomponer el pelo dañado. Son, por tanto, fundamentales para el buen mantenimiento de un manto sano.

HIDRATACIÓN FUERA DEL BAÑO
El momento del baño es como poner la piel y el pelo a tope de nutrientes. Pero a medida que pasan los días se van perdiendo, especialmente en los pelos finos.

Por tanto, necesita recuperar los nutrientes para evitar que se deteriore. Lo ideal es volver a bañar pero, si no está sucio, es suficiente con pulverizar un acondicionador que no requiera de aclarado. Los hay en spray, muy cómodos de usar y que además proporcionan un acabado muy bonito.

Notará que el pelo necesita de hidratación si al cepillar observa que el cepillo se engancha. Por eso, lo ideal es previo al cepillado nutrir el manto generosamente con su spray acondicionador favorito.




CEPILLADO
Cepíllele frecuentemente. Tenga junto al cepillo el pulverizador con su agente hidratante y acostúmbrese a pulverizar un poco siempre que lo necesite.

En la capa, en un mantenimiento diario, utilice un cepillo de goma, que además de proporcionar un agradable masaje le extrae todo el pelo muerto sin perjudicar la piel ni el pelo.

En patas, faldón, orejas y cola, utilice un cepillo de púas metálicas. Le recomiendo los cepillos de mantequilla Ibáñez.




Para el secado del manto después del baño, quizás le resulte más cómodo ayudarse también de una carda muy suave, especialmente si topa con un nudito.



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