Aunque en ocasiones los soplos pueden aparecer como consecuencia de situaciones no patológicas, en la mayoría de ocasiones, nos van a indicar que hay una enfermedad cardiaca y deben ser motivo de investigación para establecer un diagnóstico, un tratamiento, si procede y un seguimiento.
Estructura del corazón
El corazón de los perros, de modo similar al de las personas, está dividido en 4 cámaras, dos aurículas y dos ventrículos, derechos e izquierdos. La sangre, a su paso por el corazón, sigue un circuito, y va pasando de una cámara a otra a través de válvulas que se abren y se cierran y que se encargan de que la sangre siga un camino hacia delante cuando el corazón se contrae y no vuelva hacia atrás.
|
Enfermedad degenerativa de la válvula mitral
De ese 10% de perros que comentábamos que se presentan con enfermedad cardiaca, aproximadamente el 75% tienen enfermedad en la válvula mitral, que es la válvula que está entre la aurícula izquierda y el ventrículo izquierdo. Por lo tanto y dada su importancia nos vamos a centrar un poco más en esta enfermedad como causa de soplo.
Se trata de una de las enfermedades más habituales que vemos en nuestros pacientes, con una incidencia muy alta en perros de raza pequeña y más habitual a partir de los 7 años de edad. Se trata de una enfermedad crónica, progresiva y degenerativa, que no tiene cura a no ser que se reemplace la válvula, intervención que sólo se realiza en estos momentos en pocos centros en el mundo. El hallazgo principal suele ser encontrar un soplo, que no está produciendo ningún síntoma aparente, en una visita para vacunar o por otra enfermedad. La lesión en la válvula mitral va a hacer que no se cierre bien cuando el corazón se contrae y, por lo tanto, que parte de sangre en vez de salir desde el ventrículo izquierdo hacia el resto del cuerpo a través de la arteria aorta, va a volver hacia la aurícula izquierdo. Esto va a ocasionar, de un modo muy lento en el tiempo y progresivo que haya una mayor cantidad de sangre en el corazón. Como el corazón es un músculo, va tener que ir haciendo cada vez un mayor esfuerzo a la hora de contraerse para poder expulsar una mayor cantidad de sangre. Este sobreesfuerzo va a hacer que el corazón se vaya agrandando. Este proceso normalmente dura años, en los cuales lo único que vamos a notar es un soplo cuando auscultemos al perro, pero no le dará ningún síntoma. En estas fases estamos ante una enfermedad cardiaca pero todavía no hay insuficiencia cardiaca, es decir, aunque hay una lesión en el corazón este es perfectamente capaz de cumplir con todas sus funciones.
Puede ser que llegue un momento en que el grado de dilatación del corazón sea tal que ya no pueda funcionar bien y se empiecen a manifestar síntomas. En este momento ya estaremos ante la presencia de una insuficiencia cardiaca.
¿Qué síntomas puede presentar mi perro?
El primer síntoma siempre va a ser intolerancia al ejercicio, difícil de detectar en ocasiones ya que el cansancio o menor actividad del perro puede achacarse a cambios relacionados con la edad. Otros síntomas son tos, dificultad respiratoria, síncopes o abdomen distendido.
¿Qué debo de hacer si auscultan un soplo a mi perro?
Siempre que se detecte un sopo en un perro se debe de hacer un estudio cardiaco que debe de incluir como mínimo y si es posible una radiografía de tórax y una ecocardiografía. Esto es muy importante ya que vamos a poder saber si estamos ante una enfermedad cardiaca y si ya debemos de tratarla o no.
¿Debo de tratar a mi perro con soplo debido a enfermedad de la válvula mitral?
Si tú perro ya presenta síntomas y tiene insuficiencia cardiaca es evidente que necesita ya un tratamiento. En los casos en los que aún no presenta síntomas es muy importante hacer un estudio cardiaco para saber si ya presenta dilatación del corazón y si es así, si ya tiene un grado suficiente como para beneficiarse de un tratamiento. El veterinario medirá una serie de índices en radiografía y ecografía que le van a permitir saber si ya necesita tratamiento. Se sabe que los perros asintomáticos que presentan soplo por enfermedad de la válvula mitral, con determinado grado de agrandamiento cardiaco, retrasan una media de 15 meses la aparición de síntomas clínicos si se empiezan a tratar.