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Así podemos evitarlas | ElMundodelPerro.net

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Los profesionales muy habituados a la situación, por tantas veces repetida, se lo toman con más calma, lo ven como mucha posturita, mucho ruido y muchas babas, puros fuegos de artificio, pero sin mayores daños, afortunadamente. Dentro de todo, les parece que esta situación es la menos mala, ya que entienden que de este modo los perros son capaces de descargar todas sus diferencias, zanjar el tema y resolver su conflicto para continuar con el juego y la actividad, aunque sea manteniendo las distancias y cierta compostura. La cuestión suele quedar ahí salvo que aparezcan causas mayores por las que hacerse notar (comida, la atención y/o intervención del amo, posesión de un juguete, etcétera).

Todos los perros de todas las razas, sexo y edad son susceptibles de verse envueltos en un tumulto (pelea o forcejeo), aunque es más habitual encontrar en la refriega a los machos de entre 10 y 12 meses y a individuos de ciertas razas (independientemente de su tamaño), bien conocidos por su fuerte carácter en su relación con otros perros. Pero las hembras no están exentas de estas disputas ni los perros de las razas más populares. En los perros de asistencia se castra y esterilizan todos los individuos para facilitar su manejo y evitar las disputas y enfrentamientos, tanto durante su periodo de aprendizaje, en el que pasan gran parte de su tiempo en perreras, como en la relación con otros perros que se encuentran a lo largo de su vida de trabajo.

Podemos decir que hay dos grandes grupos de perros. Los que se han peleado o forcejeado alguna vez y los que lo harán en breve. Es por ello que partimos de la base de que los forcejeos forman parte intrínseca de su dinámica en sus relaciones, aunque hay forcejeos y forcejeos, por lo general son simples escaramuzas para zanjar diferencias, aunque ocasionalmente la cuestión va a mayores y alguno de los contendientes sufre daños en el cuello, orejas, belfos o patas, y la sangre es muy aparatosa, más cuando va acompañada con todos esos movimientos rápidos y toda esa orquestación de gruñidos y gimoteos.

CÓMO EVITAR LAS PELEAS
La mejor forma de evitar las peleas o cualquier otro conflicto entre perros es la prevención. En este caso, sin duda, la mejor prevención pasa por una buena valoración de los progenitores antes de hacernos con un cachorro, además de una correcta selección del cachorro, para continuar con una adecuada socialización con otros cachorros y todo tipo de perros en los primeros meses, durante la etapa crítica de socialización. Además, todas estas actividades nos permitirán, no sólo que nuestro cachorro gane en confianza y establezca asociaciones agradables y placenteras con la presencia de otros perros, sino también conocer mejor sus reacciones ante situaciones de conflicto y permitirnos así anticiparnos ante posibles problemas.

SEÑALES A TENER EN CUENTA
También nos será de gran ayuda para prevenir las peleas de nuestro perro prestar mucha atención a las señales de aviso que realizan antes del enfrentamiento. No son frecuentes las peleas sin más, al menos entre individuos “normales”, por lo general antes del enfrentamiento los perros realizan numerosas señales de calma y adoptan posturas corporales para intentar prevenir la situación y que nos puedan anunciar el desenlace. Deberemos estar atentos a las señales de calma que realiza nuestro perro para decirnos «no estoy cómodo, esta situación no me agrada», girando la cabeza para mirar a otro lado o sacar la lengua, por ejemplo.

UNA MAYOR INTERACCIÓN
De todos modos lo peor que le puede pasar a un perro en el parque o en el vecindario es que le cuelguen la etiqueta y Sambenito de peleón o, peor aún, de raza peligrosa. Esto supondrá que todos se alejarán de él y le harán el vacío, por lo que tendrá todavía menos oportunidades de poder relacionarse con otros perros y aprender a comportarse. Afortunadamente, hay profesionales que se han percatado del problema y organizan actividades lúdicas, salidas al campo y/o reuniones en el parque para los perros en general, incluidos los “agresivos”, y sus propietarios para que ambos puedan recuperar la confianza y disfrutar de una buena calidad de vida, aprendiendo a manejar las situaciones de conflicto (ver las actividades de la asociación www.sollesfaltafalar.org, a modo de ejemplo). Porque la solución para los perros con problemas no es el aislamiento sino una mayor interacción supervisada.

SI NO HEMOS CONSEGUIDO EVITARLO…
En caso de que ocurra lo peor y los perros se “enganchen”, si estamos sólos nunca meteremos las manos entre ellos, menos aún si los perros están sin collares, ya que en el entusiasmo de la batalla todo es carne y podemos recibir un mordisco de cualquiera de los dos contendientes. Utilizaremos algo que distraiga la atención de los perros: agua para enfriar sus ánimos, un sonido fuerte o novedoso, también hay disponibles productos especiales como citronella para ayudar a que cese la disputa.

Recordaremos que la mejor prevención es una buena socialización con todo tipo de perros en la etapa de cachorros y no interferir mientras se olisquean y realizan sus rituales de saludo.



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